El Misterio que Habita en Ti

El viaje inesperado hacia el autodescubrimiento

Todos pensamos que sabemos todo de nosotros, que conocemos cuáles son nuestros talentos, que esto es todo lo que podemos ser. Y nos encontramos atrapados en una monotonía que no refleja la verdad; actuamos con aburrimiento frente a una vida que está llena de misterios y secretos sobre nosotros mismos, esperando a ser descubiertos.

La escritura siempre ha sido una constante en mi vida. Mi madre solía decirme que soy mejor escribiendo que hablando, y esos comentarios, con el tiempo, se convirtieron en pequeñas semillas de confianza. Cada vez que discutía con mi pareja, en lugar de pelear más, me refugiaba en las palabras. Escribía una carta de disculpas o explicaba cómo me sentía. Algunas se las entregaba, otras las guardaba solo para mí, como un desahogo íntimo. Era mi escape, mi refugio, mi manera de sanar. Una técnica terapéutica que implementé para poner mis pensamientos en orden. Y funcionaba.

Hasta el día en que, por recomendación de mi psicólogo, asistí a un taller de escritura creativa. Allí, fui sometido a diversas pruebas relacionadas con la creatividad. La profesora decía: "En seis minutos, relaten un episodio de su infancia que los haya marcado". Sentí una mezcla de nervios y emoción, y sin saber cómo, ocurrió la magia. Un texto único, entretejido con ficción y realidad, lleno de emociones profundas y experiencias dolorosas, nació en ese momento.

Los aplausos y las lágrimas de quienes estaban presentes me tomaron por sorpresa. No me consideraba más que un aficionado, y no es que ese día me haya graduado ni convertido en un profesional. Pero entendí algo fundamental: mi talento era real, mis palabras tenían vida propia y podían tocar el alma de los demás. Esta vez no era solo la opinión cariñosa de mi madre o de amigos cercanos; eran diez completos extraños, sentados en círculo, con lágrimas en los ojos, diciéndome cuánto les había conmovido mi relato.

No sé cuál será ese talento que tienes por descubrir, pero, como a mí, si algo te llama la atención, escúchalo. Deja que te lleve a lugares que nunca imaginaste. Exponte, ve a buscarlo, no te quedes esperando que las cosas simplemente sucedan. Haz que sucedan. Sumérgete en la hermosa sensación de ser sorprendido por ti mismo, por aquello que creías imposible.

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